¿En qué consiste la terapia asistida con caballos?


En los últimos años, hemos visto en nuestro país un creciente interés por la introducción de los caballos en diferentes disciplinas de la psicología y del trabajo terapéutico en el campo de la salud humana.






Sin embargo, la utilización del caballo con finalidades terapéuticas ya es algo que se remonta a la antigua Grecia. El propio Hipócrates (160-370 a.C), padre de la medicina, ya hablaba en sus escritos del “el saludable ritmo del caballo”, recomendando la equitación “para regenerar la salud y preservar el cuerpo humano de muchas dolencias”.

A lo largo de la historia, se han empleado numerosos términos como “hipoterapia”, “equinoterapia” o “monta terapéutica”, entre otros, para aludir a este tipo de intervenciones asistidas con caballos.
En la terminología más frecuentemente empleada en la actualidad, se habla de “terapias ecuestres” como el conjunto de disciplinas o modalidades de intervención terapéutica que emplean el caballo (ya sea montado o interactuando con él pie a tierra) y el entorno ecuestre, como herramienta facilitadora del proceso de enseñanza-aprendizaje, con el propósito de contribuir positivamente al desarrollo físico, cognitivo, emocional, social y ocupacional de sus usuarios, con el fin último de mejorar su calidad de vida.
Supone una modalidad de tratamiento bio-psico-social cuya finalidad es ayudar a la rehabilitación, reeducación, normalización, integración y socialización de personas con alguna discapacidad física, psíquica, sensorial o intelectual, o bien con alguna problemática psicosocial o comportamental.

 ¿Por qué con caballos?


Las características fisiológicas propias del caballo nos ofrecen numerosas ventajas a nivel psicoterapéutico, tales como:
  • Su movimiento tridimensional: La transmisión de un patrón de locomoción tridimensional equivalente al patrón fisiológico de la marcha humana, provoca en el jinete oscilaciones del cuerpo en las tres dimensiones del espacio. En base a ello, podemos realizar ejercicios de estabilización y coordinación del tronco y la cabeza que adquieren verdadera relevancia en el tratamiento de personas con parálisis cerebral.
  • Transmisión de impulsos rítmicos del lomo del caballo al cuerpo del jinete, a través del cinturón pélvico, propagándose por la columna vertebral y estimulando la musculatura dorso-lumbar y abdominal. Se observan efectos benéficos colaterales a nivel visceral como, por ejemplo, efectos funcionales sobre la peristalsis del intestino, favoreciendo así al aparato digestivo.
  • Fuente de calor: El caballo en reposo tiene una temperatura corporal más elevada que la humana (en torno a los 38°C, pudiendo llegar a alcanzar los 38,8°C en movimiento) lo que se puede emplear para destensar y relajar la musculatura y reducir así la espasticidad.
  • Fuente inagotable de información exteroceptiva (estímulos táctiles, olfativos, auditivos, visuales…) y propioceptiva (provocado por la estimulación derivada del movimiento del caballo).
Pero, además, el caballo y el entorno ecuestre nos aportan un valor psicoterapéutico añadido para trabajar aspectos psicológicos y educativos:
  • Contexto terapéutico: La intervención se realiza en un entorno menos normativo y artificial que la consulta de psicología.  La terapia se desarrolla al aire libre, en espacios abiertos, ofreciendo la posibilidad al paciente/ usuario, de situarse en un ambiente y en una ubicación física atractiva y enriquecedora que ejerza un efecto de aumento de la participación. Como resultado, el paciente se encuentra en un entorno que actúa de contexto terapéutico sin que apenas sea consciente de ello.
  • Motivación: La motivación y predisposición del usuario al tratamiento, favorece considerablemente la consecución de los objetivos planteados, sin apenas constituir un esfuerzo para él.
  • Capacidad de atención y concentración: El animal actúa como foco de atención para el usuario de la terapia y es una fuente inagotable de estimulación sensorial; emiten sonidos, proyectan movimientos, interactúan, se les puede tocar, oler, sentir…Lo que nos permite desarrollar ejercicios enfocados a fomentar la sensopercepción, a mejorar la atención, la concentración… buscando efectos neuromusculares o persiguiendo objetivos socioafectivos, entre otros.
  • Vínculo afectivo: La interacción del paciente con el caballo nos permite trabajar procesos afectivo-emocionales. El efecto de afinidad se ve fuertemente reforzado por la capacidad de comunicación no verbal en la interacción humano-animal. No es necesario hablar al animal para que éste nos entienda, o que el animal nos hable para entenderlo. En base a ello, se han obtenido tan buenos resultados en la intervención con niños con trastorno generalizado del desarrollo. 
  • Elemento integrador: Cabe destacar que el caballo es un gran elemento igualador, que hace que las personas con discapacidad o dificultades de cualquier tipo se sientan tan capaces y necesarias como las personas sin necesidades especiales.

¿A quién va dirigida la terapia ecuestre?

La Intervención terapéutica asistida con caballos puede ser aplicable para personas con discapacidad física, psíquica, sensorial o intelectual, o con alguna problemática psicológica, social o comportamental. Más concretamente, estas terapias están especialmente indicadas para:
  • Procesos neurológicos y neuromusculares: Accidentes cerebro-vasculares (ACV), traumatismos craneoencefálicos, patología medular, enfermedades desmielinizantes, neutopatías periféricas y polineuropatías, trastornos neuromusculares, ataxias y anomalías congénitas y de desarrollo.
  • Procesos psicológicos: Trastornos de ansiedad, trastornos afectivos, trastornos somatomorfos, disociativos, de personalidad, trastornos de la alimentación, trastornos psicóticos, trastornos adaptativos, trastorno generalizado del desarrollo, Trastorno déficit de atención/ hiperactividad (TDAH).
  • Otros: Alteraciones sensoriales- perceptivas, trastornos del lenguaje, otros trastornos del aprendizaje, en traumatología y ortopedia.

 ¿Qué beneficios tienen?

Se han observado múltiples beneficios asociados a las Terapias Ecuestres. En función de los objetivos que pretendemos trabajar, los podemos clasificar en varias áreas:
  • Área psicológica/ cognitiva: Mejorar la autoestima y autoconfianza, el autocontrol conductual, el reconocimiento y expresión de emociones, la capacidad de atención, concentración y memoria o fomentar la comunicación verbal y no verbal, entre otros.
  • Área psicomotora: Fomento de la coordinación psicomotriz gruesa y fina, construcción de la simetría corporal, desarrollo de la lateralidad…
  • Área de socialización: Relacionarse con personas que no pertenecen a su entorno familiar o escolar, crear relaciones de amistad con los compañeros, desarrollar el respeto y el amor hacia los animales, aumentar el número de vivencias e interacciones prosociales…
  • Área médica: Estimulación de la peristalsis y del sistema circulatorio, respiratorio y digestivo.
  • Área motora: Regulación del tono muscular, inhibición de reflejos tónicos y movimientos asociados, grabación y automatización del patrón de locomoción, estabilización de tronco y cabeza… 
Aplicar este tipo de terapia en pacientes con alguna discapacidad física o psíquica requiere una preparación especial por parte de aquellas personas interesadas en ejercerla, pues no sólo necesitan adquirir sus bases, sino tener habilidades ecuestres y conocimientos sobre fisioterapia, psicología y terapia ocupacional… o la rama del saber correspondiente, en función de su especialidad. De esta forma, nos encontramos con un amplio abanico de profesionales que pueden intervenir en las Terapias Ecuestres; podemos hablar de un grupo multidisciplinar muy amplio. Las necesidades de cada usuario determinan qué profesionales deben hacerse responsables de las Terapias, y por  tanto, del seguimiento de cada una de las sesiones.


María Álvarez Gil - Psicóloga Colegiada Nº O-02349
MARGIL Psicología

Web: www.margilpsicologia.com
Blog: http://margilpsicologia.blogspot.com
Facebook: http://www.facebook.com/MargilPsicologia


Artículo publicado en:
http://www.mundopsicologos.com/articulos/en-que-consiste-la-terapia-asistida-con-caballos.html
 

9 comentarios:

  1. Yo lo he vivido y me parece muy interesante!

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  2. Elena Abreu Perera9 de enero de 2013, 21:46

    En el trabajo con niños/as autistas se utiliza, consiguiendo concentración y atención, aunque no conozco la terapia en si, en mi trabajo con autistas he visto estos beneficios, me gustaría que comentarán todas las posibilidades con este tipo de niños/as

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  3. No sólo se trabaja atención y concentración, Elena Abreu. El trabajo con niños/as autistas es uno de los más fructíferos y nos ofrece grandes posibilidades.Básicamente se trabaja el sistema relacional y comunicacional que suele presentar grandes alteraciones. Podemos trabajar el mutismo (selectivo, funcional o total) que pueden presentar los niños a través de protodeclarativos e imperativos, a través de la tentativa de comunicación... Podemos trabajar las dificultades de la atención compartida, de mantener el contacto ocular, la ausencia o dificultades en el juego simbólico, de mostrar empatía... las esterotipias, las ecolalias presentes en el niño... El caballo como mediador del trabajo de los profesionales es una herramienta clave.
    Ahora mismo estoy escribiendo un artículo sobre el trabajo con el colectivo autista. Si estás interesada, mándame una dirección de correo y te lo haré llegar.

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  4. Jorge Gamez Nutragamez9 de enero de 2013, 21:49

    Maria, muy interesante lo que se puede lograr con la inclusión de los caballos en diferentes problemas, me gustaría saber , los resultados en cuanto tiempo se pueden observar, también si hay resultados positivos en cualquier edad, en fin si esposible me comente de experiencias ya vividas, gracias de antemano y que tenga un excelente dia.

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  5. Muy buenas Jorge Gamez, te voy a contestar en base a mi propias experiencia. Respecto al tiempo necesario para observar resultados, no sé qué contestarte. Todo depende de los objetivos terapéuticos que se marquen y de la evolución individual de cada paciente. Debo dejar claro que no es una cura milagrosa, el caballo no es una varita mágica. Todo depende de que la intervención terapéutica esté bien diseñada e implementada. Respecto a la edad; no sólo es intervención con niños. Tengo pacientes de más de 50 años, con los que estamos consiguiendo tan buenos resultados como con pacientes menores. Espero haber contestado a tus dudas. Un saludo

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  6. Jorge Gamez Nutragamez9 de enero de 2013, 21:50

    Gracias Maria Alvarez, por tu oportuna respuesta, que tengas un bonito dia.

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  7. Sylvia Sánchez Oller9 de enero de 2013, 22:27

    Tuve la oportunidad de realizar asistencia en Newcastle, Inglaterra, con niños austistas que el calor del caballo les hacía palpar continuamente al animal, haciendo un contacto muy relajante para cada niño. ¡Excelente conexión e impresión positiva entre la natura/ser humano!

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  8. Mónica Gutierrez Anzola9 de enero de 2013, 22:27

    Trabajé durante 6 años en un colegio mixto en la Estrella,Antioquia, Colombia. Tuve la oportunidad de observar la clase de chalanería que le daban a los niños en edad preescolar del colegio y observaba los efectos que tenían estas clases sobre su comportamiento, desarrollo motriz, atención y concentración en el seguimiento de órdenes. Me imagino que en la Terapia asistida con caballos y leyendo este artículo de María y el comentario de Sylvia, los beneficios son increíbles.
    Esperemos que esta Terapia pueda ser validada científicamente.

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  9. El caballo en este dispositivo funciona como facilitador logrando que aparezcan múltiples emociones algunas de ellas reprimidas y tomar un registro de estas.

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