Los años pasan a la velocidad del rayo.
Esto de celebrar año tras año, el año nuevo... me hace pensar que pasan los años ¡muy rápido!... Ya vamos por el 2013, y siento comunicaros que eso inevitablemente implica una cosa; ¡que estamos envejeciendo!
Esto de celebrar año tras año, el año nuevo... me hace pensar que pasan los años ¡muy rápido!... Ya vamos por el 2013, y siento comunicaros que eso inevitablemente implica una cosa; ¡que estamos envejeciendo!
Y aunque pueda parecer que al hablar de envejecimiento nos estamos refiriendo a personas ya entradas en edad, de paso entrecortado y pensamiento enlentecido... lo cierto es que fisiológicamente el organismo comienza a envejecer a la edad aproximada de 27 años.
Según indican los estudios, desde el nacimiento hasta la edad de los 27 años el organismo humano crece y se desarrolla bajo un programa genético específico.
Dicha programación genético orquesta no solo el crecimiento del organismo sino que, más importante si cabe, defiende la integridad funcional de sus células de los ataques constantes de substancias producidas a nivel endógeno (por el propio organismo), como son los radicales libres, o de las injurias producidas por el medio ambiente, a nivel exógeno.
Hasta esa edad, parece que el código genético transporta un mensaje central: mantener, hasta donde sea posible, el organismo vivo, sano y apto para la reproducción a través de la fidelidad molecular de sus células.
A partir de los 27 años, ese programa genético cesa; se detiene y es entonces cuando comienza el proceso de envejecimiento. En esta nueva etapa, el genoma invierte menos energía en el mantenimiento del organismo, pues para esa edad, la naturaleza parece "haber supuesto" que la reproducción de la especie, (mensaje central de todo organismo) se ha cumplido.
El organismo pues, a partir de ahí, se deteriora constantemente, se va destruyendo. Sin embargo, hasta donde hoy sabemos, este proceso degenerativo no parece estar programado genéticamente. Es decir, el genoma humano no contiene un programa destructor del organismo sino que el envejecimiento es producto de la cesación de ese programa activo de defensa molecular del que hemos venimos hablando.
Aunque es innegable el peso de la contribución genética (esto quiere decir, _para que lo entendamos todos_; de padres sanos, hijos sanos, de padres longevos, hijos longevos... o al menos, mayores probabilidades de serlo), y además, no podamos modificar voluntariamente la carga genética que heredamos (o al menos, no hoy por hoy), lo que sí podemos modificar y tener en cuenta es el factor ambiental y en cómo este influye en nuestro proceso de envejecimiento.
¿Y a qué nos referimos cuando hablamos del "factor ambiental"? Pues no es nada más y nada menos que al estilo de vida que llevemos, a cómo tratamos a nuestro cuerpo.
Aunque los expertos no se ponen (ni se van a poner de acuerdo) en el peso de estos dos factores; genético y ambiental, y siempre va a existir debate en las cifras entre los defensores de ambas posiciones, se calcula que entre un 25% y un 40% se inclinaría la balanza hacia el peso del factor genético y por el contrario, entre el 75% y el 60% a favor del ambientalismo. Esto quiere decir que el estilo de vida siempre pesa más que la carga genética que heredamos.
Por tanto envejecer bien y largo depende en mayor medida de la propia conducta que desarrolle el individuo que envejece. Y ya lo he dicho muchas veces, quizá demasiadas, que hoy la ciencia aporta indicaciones suficientes para poder andar ese camino con el que alcanzar, con suerte, un envejecimiento "con éxito". Lo difícil es aplicar esas reglas. Y la culpa última de no ser fácil aplicarlas reside en la cultura en que se vive.
Llegar a ser viejo y sano es un privilegio que recae casi enteramente en la responsabilidad y en la conciencia de cada uno, desde bien temprano.
Por ello, es tan importante entender y llegar a comprender el propio proceso de envejecimiento.
Para ello os dejo estas ilustraciones a modo de infografías que ha desarrollado Novartis, y que explican claramente en una imagen los deterioros y alteraciones más comunes asociadas a la edad.
Enfermedades del paciente anciano:
La idea de que el nivel de escolaridad, el tipo de profesión, el grado de actividad física y la implicación social a lo largo de los años influyen en el riesgo de deterioro cognitivo puede rebajar su inquietud, o por el contrario, puede angustiarle.
Es en este punto cuando debe reflexionar y responsabilizarse de su propio proceso de envejecimiento.
Sin embargo, aún angustiándole esta reflexión, no debe desanimarse.
Está demostrado que se puede mejorar la función cognitiva y la eficacia cerebral mediante simples cambios de estilo de vida, como incorporar una mayor actividad mental, seguir una dieta saludable, estar físicamente activos y reducir el estrés en la vida cotidiana.
Para más información, os dejamos esta guía de la Fundación Obra Social - La Caixa, que nos propone la receta para "Vivir el envejecimiento activo".
Espero que este post y el material que os adjunto os haya parecido interesante.
Como siempre, me despido invitándote a utilizar los comentarios para dejar tu opinión sobre este artículo. Si te ha gustado esta publicación y no quieres perderte ninguna otra, sígueme a través de Facebook, suscripción por email, Google Friend , RSS ahora también en Google +. Usa los botones sociales al pié de la publicación para recomendarla a tus amigos. ¡Gracias! ;-)
Según indican los estudios, desde el nacimiento hasta la edad de los 27 años el organismo humano crece y se desarrolla bajo un programa genético específico.
Dicha programación genético orquesta no solo el crecimiento del organismo sino que, más importante si cabe, defiende la integridad funcional de sus células de los ataques constantes de substancias producidas a nivel endógeno (por el propio organismo), como son los radicales libres, o de las injurias producidas por el medio ambiente, a nivel exógeno.
Hasta esa edad, parece que el código genético transporta un mensaje central: mantener, hasta donde sea posible, el organismo vivo, sano y apto para la reproducción a través de la fidelidad molecular de sus células.
A partir de los 27 años, ese programa genético cesa; se detiene y es entonces cuando comienza el proceso de envejecimiento. En esta nueva etapa, el genoma invierte menos energía en el mantenimiento del organismo, pues para esa edad, la naturaleza parece "haber supuesto" que la reproducción de la especie, (mensaje central de todo organismo) se ha cumplido.
El organismo pues, a partir de ahí, se deteriora constantemente, se va destruyendo. Sin embargo, hasta donde hoy sabemos, este proceso degenerativo no parece estar programado genéticamente. Es decir, el genoma humano no contiene un programa destructor del organismo sino que el envejecimiento es producto de la cesación de ese programa activo de defensa molecular del que hemos venimos hablando.
Aunque es innegable el peso de la contribución genética (esto quiere decir, _para que lo entendamos todos_; de padres sanos, hijos sanos, de padres longevos, hijos longevos... o al menos, mayores probabilidades de serlo), y además, no podamos modificar voluntariamente la carga genética que heredamos (o al menos, no hoy por hoy), lo que sí podemos modificar y tener en cuenta es el factor ambiental y en cómo este influye en nuestro proceso de envejecimiento.
¿Y a qué nos referimos cuando hablamos del "factor ambiental"? Pues no es nada más y nada menos que al estilo de vida que llevemos, a cómo tratamos a nuestro cuerpo.
Aunque los expertos no se ponen (ni se van a poner de acuerdo) en el peso de estos dos factores; genético y ambiental, y siempre va a existir debate en las cifras entre los defensores de ambas posiciones, se calcula que entre un 25% y un 40% se inclinaría la balanza hacia el peso del factor genético y por el contrario, entre el 75% y el 60% a favor del ambientalismo. Esto quiere decir que el estilo de vida siempre pesa más que la carga genética que heredamos.
Por tanto envejecer bien y largo depende en mayor medida de la propia conducta que desarrolle el individuo que envejece. Y ya lo he dicho muchas veces, quizá demasiadas, que hoy la ciencia aporta indicaciones suficientes para poder andar ese camino con el que alcanzar, con suerte, un envejecimiento "con éxito". Lo difícil es aplicar esas reglas. Y la culpa última de no ser fácil aplicarlas reside en la cultura en que se vive.
Llegar a ser viejo y sano es un privilegio que recae casi enteramente en la responsabilidad y en la conciencia de cada uno, desde bien temprano.
Por ello, es tan importante entender y llegar a comprender el propio proceso de envejecimiento.
Para ello os dejo estas ilustraciones a modo de infografías que ha desarrollado Novartis, y que explican claramente en una imagen los deterioros y alteraciones más comunes asociadas a la edad.
Enfermedades del paciente anciano:
- Teorías del envejecimiento:
- Definición de envejecimiento
- Teoría de los radicales libres o de la perioxidación
- Teoría de los enlaces cruzados o de la glocosilación
- Teoría del error catastrófico y de la acumulación de productos de desecho
- Teoría neuroendocrina e inmunitaria
- Teorías basadas en mecanismos genéticos
- Alteraciones del sistema nervioso y enfermedades neurológicas más frecuentes
- Alteraciones de las funciones cognitivas
- Alteraciones de las funciones motoras, sensitivas y del sueño
- Alteración de la marcha y de la postura
- Cambios morfo- fisiológicos en el Sistema Nervioso envejecido
- Enfermedades de Parkinson
- Depresión
- Síndrome confusional agudo
- Inestabilidad y caídas
- Mareos y vértigos
- Enfermedad de Alzeheimer
- Enfermedad cerebrovascular
- Alteraciones de la visión I
- Alteraciones de la visión II
- Alteraciones de la audición
- Alteraciones y enfermedades cardiovasculares más frecuentes
- Cambios cardiovasculares inherentes al envejecimiento
- Aterosclerosis
- Vasculopatía periférica
- Hipertensión arterial
- Cardiopatía isquémica
- Cardiopatía valvular
- Insuficiencia cardiaca
- Arritmias
- Alteraciones y enfermedades osteoarticulomusculares más frecuentes
- Cambios en la configuración general del cuerpo
- Osteoporosis
- Fractura como complicación de la osteoporosis
- Artrosis u osteoartritis
- Alteraciones y enfermedades uritogenitales más frecuentes
- Cambios urogenitales inherentes al envejecimiento
- Trastornos sexuales
- Incontinencia urinaria I
- Incontinencia urinaria II
- Glomerulonefritis aguda y enfermedad renal isquémica
- Uropatía obstructiva
- Infección urinaria
- Alteraciones y enfermedades respitratorias más frecuentes
- Cambios en el sistema respiratorio asociado al paso del tiempo
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- Insuficiencia respiratoria aguda
- Neumonía
- Gripe
- Alteraciones y síndromes digestivos más frecuentes
- Cambios en el sistema gastrointestinal inherentes al envejecimiento
- Disfagia
- Úlcera péptica
- Estreñimiento
- Enfermedad diverticular
- Alteraciones y síndromes endocrino-metabólicos más frecuentes
- Alteraciones del sistema inmunitario y hematológico
- Cambios del Sistema Inmunitario Hematológico inherentes al envejecimiento
- Anemia
- Factores que predisponen al desarrollo de infecciones en el anciano
- Infecciones en el paciente anciano - Implicaciones
- Deterioro inmunitario del envejecimiento y cáncer
- Neoplasias que aumentan su incidencia conforme se incrementa la edad
- Cáncer de próstata
- Cáncer colorrectal
- Cáncer de pulmón
- Cáncer de piel
- Neoplasias hematológicas
- Neoplasias de mama y del sistema genital femenino
- Alteraciones cutáneas en el anciano
La idea de que el nivel de escolaridad, el tipo de profesión, el grado de actividad física y la implicación social a lo largo de los años influyen en el riesgo de deterioro cognitivo puede rebajar su inquietud, o por el contrario, puede angustiarle.
Es en este punto cuando debe reflexionar y responsabilizarse de su propio proceso de envejecimiento.
Sin embargo, aún angustiándole esta reflexión, no debe desanimarse.
Está demostrado que se puede mejorar la función cognitiva y la eficacia cerebral mediante simples cambios de estilo de vida, como incorporar una mayor actividad mental, seguir una dieta saludable, estar físicamente activos y reducir el estrés en la vida cotidiana.
Para más información, os dejamos esta guía de la Fundación Obra Social - La Caixa, que nos propone la receta para "Vivir el envejecimiento activo".
Espero que este post y el material que os adjunto os haya parecido interesante.
Como siempre, me despido invitándote a utilizar los comentarios para dejar tu opinión sobre este artículo. Si te ha gustado esta publicación y no quieres perderte ninguna otra, sígueme a través de Facebook, suscripción por email, Google Friend , RSS ahora también en Google +. Usa los botones sociales al pié de la publicación para recomendarla a tus amigos. ¡Gracias! ;-)
MARGIL Psicología - N.R.S.: C.2.90/3846
María Álvarez Gil - Psicóloga Colegiada Nº O-02349
Web: www.margilpsicologia.com
Blog: http://margilpsicologia.blogspot.com
María Álvarez Gil - Psicóloga Colegiada Nº O-02349
Web: www.margilpsicologia.com
Blog: http://margilpsicologia.blogspot.com
Facebook: http://www.facebook.com/MargilPsicologia
ResponderEliminarEn muchos casos al llegar a cierta edad, no los 27 afortunadamente, algunas personas empiezan, seguramente de forma inconsciente, a cumplir las características de un rol que existe en la sociedad en la que vivimos en el que el envejecimiento se experimenta como un proceso pasivo. Pero cada vez existe más información y tanto nuestros mayores como nosotros mismos, somos cada vez más conscientes de la importancia de mantenernos activos para tener una buena salud tanto física como mental.
Un post muy elaborado e interesante María, con un título que invita a plantearse cómo afrontamos nosotros y las personas de nuestro entorno un hecho tan natural como es el envejecimiento.
Como dijo Charles Chaplin: El tiempo no pasa,la vida si;entramos en un tema interesante y reflexionemos:¿acaso no vemos adolescentes "viejos"y "viejos"jóvenes.-Aquel que encontró el SENTIDO DE LA VIDA,no es viejo,tiene proyectos de vida,esperanza.-Y es ahí donde entramos en la relatividad del tiempo cronológico.-Pienso que es un tema para debatir.-
ResponderEliminarSamuel, me ha agradado mucho su comentario. Estoy totalmente de acuerdo con su reflexión. Sin embargo me resulta irónico. Parece que hemos intercambiado papeles; es curioso que la psicóloga este intentando abordar el envejecimiento desde un punto de vista medico o fisiologico y el medico, ponga el énfasis en el punto de vista psicológico. Seria usted un estupendo compañero de equipo multidisciplinar.
ResponderEliminarConsidero que ambas posturas deben ir de la mano, lo uno no pisa a lo otro, sino mas bien, lo complementa. Un saludo.
Maria:Me encanta el trabajo interdisciplinario;por otra parte considero que hay tres tipos de tiempo:El cronológico:¿ cuantos calendarios existieron a través de la historia de la humanidad?, actualmente hay tres,El biologico:del cual inexorablemente no podemos sustraernos y el Vivencial o Interno,.Particularmente le doy importancia a Interno.-
ResponderEliminarHola. Estoy de acuerdo con Samuel. Hay "viej@s" jovenes y "jovenes" que se ven envejecid@s. Lo trascendental para cualquier ser humano es encontrar el balance en su vida y el proposito de la misma. Saber vivir con alegria, quererse, que implica cuidarse para poder querer y cuidar a otros. Sin duda el maltrato que le hayamos dado a nuestro cuerpo en la juventud nos cobrara la factura en la vejez, pero si guardamos una actitud positiva de nosotros y de la vida, la vejez sera una etapa mas gratificante, feliz, exitosa y sana. Hay que saber vivir y los adultos tenemos la responsabilidad de educar a los mas jovenes para que las influencias y demandas externas no influyan negativamente en la vejez. Gracias por la guia y la informacion. Es un tema excelente. Te felicito.
ResponderEliminarHola María!!! Muy interesante tu entrada, hace poco asistí a unas jornadas de envejecimiento activo y sería muy interesante intentar inculcarle esto a nuestro mayores en la medida de lo posible porqué muchos de ellos son "complicados" de convencer. Felicidades por tu blog!! Yo también tengo un blog de psicología, te pongo el enlace por si te apetece echarle un vistazo. Un saludo
ResponderEliminarhttp://psicologamparocalandin.blogspot.com.es/
Enhorabuena por tu post y por tu blog, María, ambos me han gustado mucho.
ResponderEliminarMuchas veces dejamos pasar el tiempo diciendo "esto ya lo haré mañana", "para cuando tiempo", "algún día"... y la verdad es que nuestro organismo no entiende de mañana ni de cuando hagamos huecos en nuestras apretadas agendas. Ser proactivos o no, es un continuo, una cuestión de ser constantes. Hay enfermedades contra las que podemos luchar en mayor medida que contra otras, pero desde luego tenemos algo que decir al respecto de todas y de cada una de ellas... tanto desde el punto de vista del trabajo que hacemos y hayamos hecho siempre con nuestro cuerpo como con nuestra mente.
Algo que me parece fundamental para envejecer proactivamente es el equilibrio, ese tan explotado "mens sana in corpore sano"... porque en nuestra sociedad es muy común que nos encontremos con extremos, gente muy mayor que no quiere envejecer a ningún precio, y para ello se machaca física y psicológicamente (y a este último nivel habría que trabajar especialmente con ellos) y gente muy joven totalmente abandonada, sin cuidado de sí mismos. Aunque la sociedad nos empuje hacia el consumo, habría que replantearse las prioridades, qué nos aporta más a nuestro bienestar global: el cuerpo o la mente? y la proactividad en el continuo del envejecimiento repercute más físicamente o mental e intelectualmente?
Un blog muy interesante María. Una pregunta. ¿Cómo haces para ayudar a alguien que niega su nueva etapa?
ResponderEliminar