Estrategias de afrontamiento en dolor crónico oncológico

 En el volumen 12, número 3 de la Revista Psicothema en el 2000, se publica un artículo de investigación denominado "Represión emocional y estrategias de afrontamiento en dolor crónico oncológico", donde sus autoras abordan el estudio del dolor crónico producido en procesos oncológicos desde la perspectiva del Modelo Procesal del Estrés (Lázarus y Folkman, 1986) en relación con las estrategias de afrontamiento psicológicas empleadas por dichos pacientes en su funcionamiento diario.

Es lógico plantear que las personas con dolor crónico sufren cambios importantes en su estilo de vida, que se caracterizan por una disminución  de la actividad en las diferentes áreas de su funcionamiento diario (laboral, social, personal...). Es lógico pensar también que cuanto mayor sea la intensidad percibida del dolor, peor será su nivel de funcionamiento, y mayor la interferencia en las actividades cotidianas del sujeto.

Los autores pertenecientes a la Universidad de Málaga, analizan las relaciones existentes entre las estrategias de afrontamiento empleadas y su impacto, positivo o negativo, en la percepción del dolor oncológico experimentado, entendiendo el dolor como una tensión crónica en la que los mecanismos de afrontamiento puestos en marcha por el enfermo juegan un papel primordial en su funcionamiento diario.
Las conclusiones a las que llega este estudio son las siguientes;
1) Importancia de la edad como variable moduladora: La edad del paciente con cáncer influye en las estrategias de afrontamiento que emplea para sobrellever el dolor oncológico. En una muestra de 101 pacientes con edades entre los 20 y los 88 años de edad, los pacientes más mayores mostraban una mayor tendencia a expresar menos el dolor. Existía mayor empleo de la represión emocional (entendida como tendencia a inhibir sus emociones) como estrategia de afrontamiento en contraposición a los pacientes más jóvenes.
2) La represión emocional no influiría de forma directa sobre el dolor sino a través de las estrategias de afrontamiento.

3) La edad también influye a la hora de determinar las estrategias de afrontamiento (activas o pasivas) que ponen en marcha los enfermos de cáncer a la hora de lidiar con el dolor.
  •  Estrategias de afrontamiento activas: Se basan en un estilo de afrontamiento cooperativo que evita conflictos, suprime emociones y usa la represión como mecanismo de afrontamiento. Son estrategias que se caracterizan por la idea de no molestar a los demás y no implicar a otras personas.  Son personas que tienen puntuaciones más altas en las escalas de control de su dolor y de la salud en general, y también en escalas de autoeficacia, mientras que obtienen menores puntuaciones en depresión, desamparo y deterioro funcional. Su empleo nos indica una mayor capacidad de adaptación al dolor a largo plazo (6 meses), junto a la consecuente disminución de percepción del mismo.
  • Estrategias de afrontamiento pasivas: Mecanismos de afrontamiento en los que se hace a otros partícipes de su proceso doloroso. Menor tendencia, por lo tanto, a la represión emocional. Obtienen mayores puntuaciones en escalas de depresión, desamparo y deterioro funcional, y muestran un mayor locus de control externo referido a la salud (esto es, por decirlo de una manera que entendamos todos, que no creen que su salud dependa de sí mismos, sino de factores externos ajenos a su control, como el hecho de que mañana llueva o no). Las estrategias pasivas se asocian con un mayor dolor, de tal forma que cuando el paciente se queja continuamente, permanece largo tiempo en reposo o realiza continuas
    visitas al médico, experimenta un mayor dolor.
Los sujetos de mayor edad son más tendentes al empleo de estrategias de afrontamiento activas, mientras que a menor edad, encontramos un mayor uso de estrategias pasivas.

4) Incompatibilidad de estrategias de afrontamiento: Ambos tipos de estrategias son incompatibles, pero no con carácter bidireccional es decir, cuanto mayor uso se hace de estrategias pasivas, menos se usarán las activas. Esta incompatibilidad, nos da pautas interesantes de cara a la
intervención psicológica en este tipo de pacientes, pues eliminando estrategias pasivas del repertorio del paciente se espera que, al mismo tiempo, se fomente el uso de estrategias activas y, consecuentemente el grado de dolor sea menor.

Aún así, tal y como indican las autoras, siguen existiendo numerosos interrogantes aún por resolver, como el hecho de investigar en estudios longitudinales (a lo largo de periodos de tiempo más extensos) si a medida que aumenta el dolor oncológico en estadíos más avanzados de la enfermedad, van modificándose el tipo de estrategias de afrontamiento empleadas. Y también estudios transversales donde tengamos como muestra pacientes con diferente nivel de dolor oncológico.

Personalmente debo decir, que todo el material que voy recopilando me va confirmando cada vez con mayor peso que la parte psíquica y emocional influye más de lo que pensamos en el desarrollo, trascurso y evolución del proceso oncológico y sobre todo, en cómo experiencian la enfermedad los pacientes y familiares de afectados por cáncer.

Artículo original "Represión emocional y estrategias de afrontamiento en dolor crónico oncológico" Mª José Rodríguez Parra, Rosa Mª Esteve Zarazaga y Alicia E. López Martínez en la Revista Psicothema 2000;12, 3: 339-345


María Álvarez Gil - Psicóloga Colegiada Nº O-02349
MARGIL Psicología

Web: www.margilpsicologia.es
Blog: http://margilpsicologia.blogspot.com
Facebook: http://www.facebook.com/MargilPsicologia

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Quizás también le interese:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...